martes, 1 de abril de 2014

Unidad introductoria 6to economía



Programa Historia 6to Economía.

1- Unidad introductoria


Unidad 1: Concepto y definición del campo de estudio de la economía y la Historia económica

“No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino su consideración de sus propios intereses.”
                                                           Adam Smith, La riqueza y la pobreza de las naciones (1776)

Con esta clásica cita comienza la también clásica obra de Paul Samuelson Economía, que sigue de esta manera:

Samuelson
 “Desde que el gran economista Adam Smith escribió estas palabras hace más de 200 años, el mundo ha atravesado en su gran parte un período de inimaginable prosperidad. En Estados Unidos y en otros países industrializados, la mayoría de la gente puede comprar hoy muchas más cosas de las estrictamente necesarias, como son los alimentos, el calzado y el alojamiento. Pero, ¿ha proporcionado la prosperidad general una vida feliz y plena a todas las personas que habitan en los países ricos? En absoluto. La mayoría de la gente sigue luchando por mejorar. Las empresas compiten ferozmente por los clientes, inventando nuevos productos y mejorando y abaratando los antiguos. Los trabajadores compiten por el empleo, obteniendo títulos universitarios y adquiriendo formación y experiencia que esperan que les den una ventaja en el mercado de trabajo. Los países también compiten, adoptando una política macroeconómica y comercial que les dé una ventaja económica competitiva.
Hoy la competencia es, en todo caso, más intensa. Vivimos la era de los mercados globales, en la que los bienes circulan a través de las fronteras nacionales con mayor facilidad que nunca. (…) Y por primera vez todo el mundo juega con las mismas reglas, las reglas de una economía de mercado global. ¿Quién puede adaptarse mejor a los cambios de los mercados? ¿Quién puede surcar mejor los mares de la nueva tecnología? Es mucho lo que está en juego. Los vencedores son los que obtienen más beneficios y salarios, mientras que los vencidos se quedan rezagados.”


Samuelson expresa verdades comprobadas, científicas, reales y verificables, pero, por sobretodo, también expresa ideología, es decir, una forma de pensar, y en base a esa ideología construye su pensamiento científico. Por ejemplo, cuando expresa “el mundo ha atravesado en su gran parte un período de inimaginable prosperidad” se debería agregar la palabra “material”, prosperidad material, que no es lo mismo que “prosperidad moral”, “prosperidad artística”, o “prosperidad espiritual”. Samuelson, al decir “prosperidad” a secas, nos está diciendo que para él, la prosperidad es únicamente la material. Prosperidad, según la “ideología” de Samuelson es “comprar hoy muchas más cosas de las estrictamente necesarias”, esta prosperidad se logra a través de la competencia, competencia feroz, e individualismo feroz, en el cual, al igual que las leyes darwinianas “Los vencedores son los que obtienen más beneficios y salarios, mientras que los vencidos se quedan rezagados.”
Entonces, Materialismo, Individualismo y Competencia, son elementos claves de la ideología de Samuelson, y por lo tanto de su interpretación de la economía. Esta ideología o esta forma de entender la economía es la que ha predominado en gran parte del mundo en los últimos tiempos y ha transformado el mundo de forma tal que, si no la comprendemos cabalmente, realmente quedamos rezagados. Samuelson no es más que uno entre muchos ideólogos de esta economía capitalista y que se ha convertido en clave de los procesos mundiales actuales e incluso de nuestra propia vida íntima.

Para Samuelson, la Economía es fundamental en ese sentido para comprender el mercado global que hoy nos rige, pero no es la única razón por la cual se estudia economía:
Ganar Dinero.
Tememos ser analfabetos sino comprendemos las leyes de la economía.
Mejorar el medio ambiente.
Entender la economía de distintos países como Rusia o China.
La economía nos afecta desde que nacemos nos enfrentamos a crudas realidades económicas.
Como votantes debemos tomar decisiones sobre cuestiones económicas.
Elegir la profesión a la que vamos a dedicarnos toda la vida.

Según Samuelson la economía “es el estudio de la manera en que la sociedades utilizan los recursos escasos para producir mercancías valiosas y distribuirlas entre los diferentes individuos”

“Tras esa definición se esconden dos ideas clave en la economía: los bienes son escasos y la sociedad debe utilizarlos eficientemente.
Los bienes son limitados, mientras que los deseos parecen infinitos. Dado que los deseos son ilimitados, es importante que una economía saque el mayor provecho de sus recursos limitados, lo cual nos lleva al concepto fundamental de eficiencia. Eficiencia significa ausencia de despilfarro, es decir, utilización de los recursos de la economía de la manera más eficaz posible para satisfacer las necesidades y los deseos de los individuos.
Más concretamente, la economía produce eficientemente cuando no puede producir una cantidad mayor de un bien sin producir una menor de cualquier otra.
La esencia de la economía es reconocer la realidad de la escasez y averiguar entonces cómo debe organizarse la sociedad de tal manera que utilice del modo más eficiente los recursos.”
Otro aspecto ideológico de Samuelson que se aprecia aquí es que los deseos humanos son “infinitos”, seguramente los sean para gran parte del mundo, pero no para todo el mundo, la idea de infinito es un concepto muy complejo que ha variado muchísimo a lo largo de la historia y que ha tenido muy diferentes interpretaciones, de aquí se derivan otras cuestiones ideológicas relacionadas con los que decía en el primer párrafo “¿ha proporcionado la prosperidad general una vida feliz y plena a todas las personas que habitan en los países ricos? En absoluto. La mayoría de la gente sigue luchando por mejorar.” Para Samuelson la gente seguirá luchando para mejorar hasta cumplir todos sus deseos, pero dado que sus deseos son infinitos, está lucha parecería que jamás tendrá fin. Aquí se expresa entonces, una visión de la historia, una visión lineal progresista, es decir, que la historia debe o tiene que ser como una línea que avanza indefinidamente hacia adelante y hacia arriba, siempre mejorando materialmente, “prosperando” indefinidamente.
De todas formas, esta idea de economía es hoy predominante sobre todo en los países occidentales desarrollados, Estados Unidos y Europa Occidental sobretodo, donde la obsesión por la eficiencia y la producción ha hecho de ellos países extremadamente ricos, pero es también esta misma obsesión la que ha llevado a otras regiones del mundo a ser víctimas de dicha obsesión.

El estudio de la economía

Smith puede considerarse con razón el fundador de la disciplina de la microeconomía, rama de la economía que se ocupa actualmente de la conducta de entidades individuales como los mercados, las empresas y las economías domésticas.
En cambio, la macroeconomía, que es la rama de la economía que se ocupa del funcionamiento global de la economía, no existió como es hoy hasta 1936. Fue ese año cuando John Maynard Keynes publicó su revolucionaria obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. (…) Keynes  puso de relieve el hecho de que las economías de mercado podían funcionar mal. En su libro, desarrolló una teoría de las causas del desempleo y las recesiones económicas, de la determinación de la inversión y el consumo, de cómo los bancos centrales gestionan el dinero y los tipos de interés y de por qué algunos países prosperan, mientras otros se estancan. Keynes también sostenía que el Estado podía contribuir significativamente a allanar las oscilaciones de los ciclos económicos. Aunque muchos economistas ya no aceptan sus teorías y recomendaciones específicas, las cuestiones que abordó Keynes siguen definiendo el estudio de la macroeconomía actual.
Las dos corrientes -la microeconomía y la macroeconomía- convergen y forman la economía moderna actual.

b) - Algunas corrientes del pensamiento económico.

La economía clásica.
La economía marxista.
La economía neoclásica.
   
La economía clásica, fines del siglo XVII

Smith
 Se considera a Adam Smith como el fundador de la economía moderna, y sus aportes contribuyeron a configurar lo que se conoce como economía clásica, o también llamada economía liberal, basada en la generación de riqueza a través del trabajo libre, individual e interesado y la no intervención del Estado en la mayoría de los asuntos económicos, dado que estos se autorregulan por una “mano invisible”, es decir, la ley natural de la economía llamada “la ley de la oferta y la de manda” que establece tanto los precios de los productos como el volumen de la producción de forma libre.
Smith se ve influenciado por el ambiente social, político y cultural de su tiempo, la Revolución Gloriosa en Inglaterra (1688) y la corriente de los pensadores ilustrados ingleses y franceses (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Quesnay y otros) que propugnaban un mundo libre de monarquías absolutas y donde existiera representación política y mayor libertad para el individuo.
“¿Dónde y cuando surgió el gran río que es hoy la economía? Podemos datar los orígenes de la economía moderna en 1776, año en que Adam Smith publicó su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones. En este libro. Smith sentó correctamente los principios básicos de una economía de mercado. (…)
Los estudios sobre economía existen desde la antigüedad de donde proviene la palabra economía que deriva del griego antiguo (Oikos nemo) y significa “administración de la casa”, pero Adam Smith es el primero en la historia en señalar que los individuos son seres racionales con capacidad para maximizar el bienestar social. La revolución de Smith consiste en realizar un análisis basado en las personas, sus capacidades y sus deseos.
En La riqueza de las naciones, Smith consideró cómo se fijan los precios, estudió cómo se fijan los precios de la tierra, el trabajo y el capital e investigó las virtudes y los defectos del mecanismo del mercado. Y lo que es más importante, identificó notables propiedades eficientes de los mercados, la “mano invisible” que extrae un bien común en los actos interesados de los individuos. Todas estas cuestiones siguen siendo importantes hoy y, aunque el estudio de la microeconomía ha avanzado, sin duda, extraordinariamente desde los tiempos de Smith, éste sigue siendo citado tanto por los políticos como por los economistas.”
Hay que hacer notar que la obra de Smith estuvo decididamente influenciada por los trabajos de los fisiócratas franceses como Quesnay, que, en su crítica a la economía mercantilista predominante en la Europa absolutista de los siglos XVI y XVII, propusieron el lema de Laissez faire - laissez passer, es decir, dejar hacer - dejar pasar, al contrario de la idea predominante en aquel tiempo que establecía básicamente que los Estados debían dirigir la economía y asegurar mediante balanzas comerciales favorables la acumulación de metales preciosos en sus arcas. Quesnay y otros fisiócratas franceses declaraban que la riqueza no solamente no se encontraba en la acumulación de metales preciosos, sino que además el Estado no debía intervenir en los asuntos económicos, por eso se debía dejar que la economía se autorregulase por sí misma.
Ricardo
Para los fisiócratas la riqueza se encontraba en la tierra, que, a diferencia de los metales preciosos, esta tiene posibilidades infinitas de riqueza y no se mueve de un lugar a otro. De ahí viene el nombre fisiocracia que quiere decir “poder de la naturaleza”. Smith va a llevar estas ideas más lejos, diciendo que la verdadera riqueza se encuentra realmente no en la tierra, sino en el trabajo, ya sea del hombre que la cultiva, como del que fabrica las herramientas para que pueda hacerlo. Además va a llevar más lejos la idea del laissez faire, estableciendo más profundamente las leyes económicas “naturales” que regulan el mercado.
A principio del siglo XIX, otro pensador muy influyente en la historia del pensamiento, David Ricardo, publica un estudio sobre la obra de Smith llamado Economía política (1817) que se convierte en la obra de referencia para los economistas clásicos.
A partir de este momento el debate por las ideas económicas dará a lugar al surgimiento de diversas corrientes económicas, de las cuales las más influyentes en un primer momento serán las escuelas marginalista y marxista.

La economía marxista (mediados del siglo XIX)

Marx
Karl Marx, el filósofo judío alemán realizó en el siglo XIX uno de los aportes más importantes en el campo de la economía a través de varias obras como El manifiesto comunista de 1848 y sobre todo El capital de 1867. Marx sostiene que las relaciones económicas son la “infraestructura”, es decir, la base sobre la cual todos los elementos de una sociedad se sostienen, la “superestructura” conformada por la religión, la política, la cultura, etc.  A lo largo de la historia las relaciones económicas se han basado en la explotación de una mayoría de hombres por parte de una minoría que es la dueña de los medios de producción y que buscan mantener y prolongar dicha situación con los elementos de la “superestructura”, pero también la historia registra las sucesivas revoluciones de los explotados contra los explotadores que ha hecho cambiar los modos de producción a lo largo del tiempo, desde el primitivo modo de producción esclavista en la antigüedad, el modo de producción feudal en la edad media, y finalmente el modo de producción capitalista en la actualidad, que opone a la burguesía por un lado que es la dueña de los medios de producción, contra el proletariado que le vende a la burguesía su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Es por esto que Marx dice que la historia es la “historia de la lucha de clases”.
Según Marx, en la etapa “capitalista” de la historia, gracias a la industrialización la burguesía acumula cada vez más poder y riqueza al mismo tiempo que genera masas de obreros cada vez más explotados y en condiciones cada vez miserables, lo que llevará en el futuro a la revolución del proletariado contra la burguesía y el capitalismo, instaurando así una “dictadura del proletariado”, que será una etapa de la historia transitoria hasta la instauración de una “sociedad comunista” donde las clases sociales dejen de existir y por lo tanto ya no habrá más lucha de clases y también finalizará la historia misma.


Economía neoclásica (fines del siglo XIX y principios del siglo XX)

Un antecedente directo de la escuela neoclásica es la llamada escuela marginalista de fines del siglo XIX, cuyos máximos representantes son el francés León Walrass y el italiano Vilfredo Pareto, fue la primera en expresar la economía en el lenguaje matemático, eso les permitió plantear problemas de optimización, es decir, minimizar costes y maximizar beneficios, y con su estudio marginal, trazar las curvas de oferta y demanda.
Marshall
En 1890, el economista inglés Alfred Marshall publica Principios de economía, en donde sintetiza las ideas de Adam Smith y David Ricardo con las de los economistas marginalistas, así nacen los llamados neoclásicos.
Los neoclásicos siguen tres conceptos, en primer lugar: individuos egoístas, racionales, maximizadores del bienestar y con información perfecta; segundo: propiedad privada y distribución individual de recursos; y tercero capacidad de los individuos para usar tecnología, trabajar y decidir racionalmente.
A partir de estas tres ideas deducen todas sus conclusiones, es por tanto una teoría deductivista y además individualista, la naturaleza del hombre es la que determina la estructura y las cualidades de la economía. Por ejemplo, deducen el precio como efecto de la oferta y la demanda, los precios quedan reducidos a sus causas, por esto la lógica neoclásica es deductiva, reduccionista y determinista.
Al igual que los “clásicos”, los “neoclásicos” ven la intervención estatal como una barrera a eliminar para conseguir el máximo de bienestar, defienden que el capitalismo es la mejor manera de “administrar la casa”, la que satisface mejor el bienestar.
Los años veinte en los Estados Unidos pareció darle la razón a los neoclásicos, donde los individuos satisfacían sus necesidades gracias a la tecnología y la no intervención estatal, aunque también genero división social entre empresarios y trabajadores, surgimientos de sindicatos y partidos socialistas y finalmente la llegada de la gran crisis de 1929 que hará rever los postulados económicos manejados hasta entonces.

Los tres problemas de la organización económica

Toda sociedad debe tener una manera de decidir qué mercancías se producen, cómo se producen y para quién se producen.
De hecho, estas tres preguntas fundamentales sobre la organización económica -el qué, el cómo y el para quién- son fundamentales hoy como en los albores de la civilización del hombre. Examinémoslas más detenidamente:
-          ¿Qué mercancías se producen y en qué cantidades? Una sociedad debe decidir qué cantidad de cada uno de los numerosos bienes y servicios posibles producirá y cuándo los producirá. ¿Producirá hoy pizzas o camisas? ¿Unas cuantas camisas de buena calidad o muchas baratas? ¿Utilizará recursos escasos para producir muchos bienes de consumo (como pizzas congeladas) o menos bienes de consumo y más bienes de inversión (como máquinas para fabricar pizzas) que aumenten la producción y el consumo en el futuro?
-          ¿Cómo se producen los bienes? Una sociedad debe decidir quién los producirá, con qué recursos y qué técnicas de producción utilizará. ¿Quién se dedicará a la agricultura y quién enseñará? ¿Se producirá la electricidad por medio del petróleo, de carbón o de energía nuclear? ¿Contaminando mucho el aire o poco?
-          ¿Para quién se producen los bienes? Una tarea clave para cualquier sociedad es decidir quién recogerá los frutos de los esfuerzos económicos. O dicho en términos formales, ¿cómo habrá de dividirse el producto nacional entre las diferentes economías domésticas? ¿Habrá muchos pobres y unos cuantos ricos? ¿Irán a pagar las rentas altas a los directivos, a los trabajadores o a los terratenientes? ¿Comerán bien los enfermos y los ancianos o se les dejará que se las arreglen solos?

El mercado, la autoridad y las economías mixtas
     
oferta y demanda
Una tarea clave de las economías es estudiar y explicar las diferentes respuestas que puede dar una sociedad a las preguntas del qué, el cómo y el para quién. Las diferentes sociedades se organizan por medio de distintos sistemas económicos y la economía estudia los diferentes mecanismos que pueden utilizar para asignar recursos escasos.
Actualmente, podemos distinguir dos maneras fundamentalmente diferentes de organizar una economía. En un extremo, el gobierno toma la mayoría de las decisiones económicas: las personas que ocupan los puestos jerárquicos superiores dictan órdenes económicas a los que ocupan los puestos inferiores. En el otro, las decisiones se toman en los mercados, en los cuales los individuos o las empresas acuerdan comerciar voluntariamente los factores y los productos, normalmente por medio del dinero, examinemos brevemente estas dos formas de organización económica.
En Estados Unidos y en la mayoría de los países democráticos, la mayor parte de las cuestiones económicas se resuelven en el mercado. De ahí que su sistema económico se denomine economía de mercado. Una economía de mercado es aquella en la que los individuos y las empresas privadas toman las principales decisiones relacionadas con la producción y el consumo. Un sistema de precios, de mercados, de beneficios y pérdidas, de incentivos y premios determina el qué, el cómo y el para quién. Las empresas producen la mercancías que generan los mayores beneficios (el qué) mediante las técnicas de producción que son menos costosas (el cómo), y el consumo depende de las decisiones de los individuos sobre la forma en que deben gastarse los salarios y las rentas de la propiedad generadas por su trabajo y sus propiedades (el para quién). El caso extremo de una economía de mercado, en el que el Estado no desempeña casi ningún papel económico, se denomina economía de laissez-faire.

"Un mercado es un mecanismo por medio del cual los compradores y los vendedores de un bien o servicio determinan conjuntamente su precio y su cantidad"
 
En cambio, una economía autoritaria es aquella en la que el gobierno toma todas las decisiones relacionadas con la producción y la distribución. En una economía de este tipo (…) el Estado es dueño de la mayor parte de los medios de producción (la tierra y el capital); también posee y dirige las operaciones de las empresas en la mayoría de las industrias; es el patrono de la mayoría de los trabajadores, a los cuales le da instrucciones sobre la forma en que han de hacer su trabajo; también decide cómo ha de dividirse la producción de la sociedad entre los diferentes bienes y servicios. En suma, en una economía autoritaria el Estado responde a las principales cuestiones económicas a través de su propiedad de los recursos y de su poder para imponer sus decisiones.
Ninguna sociedad contemporánea encaja perfectamente en una de estas categorías extremas. Son todas ellas economías mixtas, en las que hay elementos de las economías de mercado y elementos de las economías autoritarias. Nunca ha existido una economía de mercado al 100 por ciento (si bien la economía de la Inglaterra del siglo XIX se aproximó mucho a ella). En los países occidentales, actualmente la mayoría de las decisiones se toman en el mercado, pero el Estado desempeña un importante papel en la modificación de su comportamiento; establece la legislación y las normas que regulan la vida económica, produce servicios educativos y policiales y regula la contaminación y las empresas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario