domingo, 19 de octubre de 2014

Uruguay 1955-1985: Estancamiento, crisis, alternativas, revolución, autoritarismo y dictadura


El estancamiento, la crisis y las alternativas (1955-1973)

A partir del año 1955 se hace patente en nuestro país que la idea de "Suiza de América" no era más que sueño pasajero. Con el fin de los conflictos internacionales de importancia, la pérdida de valor de nuestras exportaciones y el relativo atraso tecnológico de nuestra producción agropecuaria, entre otros factores, comienza un período de estancamiento económico y posterior crisis, con todo lo que conlleva: inflación, devaluación, endeudamiento externo, desempleo, reducción de salarios, aumento de la pobreza, desigualdad social y descontento y rebeldía popular.

Ante lo evidente de los problemas económicos que atraviesa no solo el país, sino toda América Latina, se plantearán y propondrán diferentes alternativas, destacaremos sólo algunas de ellas que consideramos más importantes:

Ganan los blancos
1- Alternativa Blanca: En 1958, por primera vez en casi cien años, el partido blanco gana las elecciones del país, manifestándose de esta forma el deseo popular de un cambio de rumbo ante lo evidente de la crisis. La constitución de 1952 establecía un poder ejecutivo colegiado, así entonces en 1959 el colegiado blanco comienza su acción de gobierno, que para intentar solucionar la crisis planteó una serie de reformas de corte liberal, dedicándose a desmantelar el dirigismo estatal que había caracterizado los períodos anteriores de gobierno, lamentablemente, los esfuerzos del colegiado blanco no dieron los resultados esperados e incluso el propio sistema de poder ejecutivo colegiado, que había sido concebido como un "avance" en términos democráticos, demostró ser muy ineficiente a la hora de enfrentar la emergencia y buscar soluciones rápidas.

Logo de los Tupamaros
2-  Alternativa Revolucionaria: En 1959, el mismo año en que asumía funciones el colegiado blanco, la Revolución Cubana se configuraba como modelo a seguir para muchos jóvenes estudiantes e intelectuales, que veían en su ejemplo el camino a seguir no sólo para terminar con la crisis sino para crear una nueva sociedad. La idea de una revolución armada y la instauración de una sociedad socialista se convirtió en una posibilidad real en nuestro país, cuya materialización más importante fue el surgimientos del MLN-T (Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros) a partir 1962, y su acción guerrillera en pro de la vía armada al socialismo en el Uruguay. Finalmente, los Tupamaros son derrotados por las fuerzas del
                                                                                       gobierno en 1972.

3- Alternativa Chilena: El socialismo como alternativa para superar la crisis que vivía el Uruguay, que muchos entendían como una crisis inherente al sistema capitalista, no sólo se plasmó en la vía armada, sino que se planteó la idea de llegar al socialismo de forma pacífica, democrática, a través de las elecciones, así entonces, siguiendo el ejemplo chileno, los partidos y movimientos de izquierda uruguayos confluyeron para crear el Frente Amplio en 1971, que compitió en las elecciones nacionales. A  pesar del optimismo de sus integrantes que pensaban que tenían posibilidades reales de triunfar, el Frente Amplio no logra vencer en las elecciones quedando por detrás de los partidos tradicionales, así y todo lograron un amplio caudal de votos teniendo en cuenta que eran un partido recién creado.
Bandera y símbolo del Frente Amplio

4- Alternativa Autoritaria: En el marco de la guerra fría, el socialismo era visto por los sectores conservadores como una amenaza para las tradiciones del país, paz y la libertad democrática, y sobre todo, como una amenaza para el sistema capitalista, por lo tanto se planteó una alternativa de luchar contra la crisis y contra la amenaza socialista con mano dura, fortaleciendo el poder ejecutivo y dándole más protagonismo a las fuerzas represivas del estado para mantener el orden, esta alternativa se materializó en la llegada al poder de Jorge Pacheco y de su sucesor Juan María Bordaberry, y en el papel cada vez más creciente de la policia y, sobre todo, de las FF.AA. y su Doctrina de Seguridad Nacional, que finalmente culminaría con el establecimiento de una dictadura militar a partir de 1973. Esta alternativa autoriataria a la crisis demostraría entonces ser la triunfadora, y que marcaría fuertemente la historia del Uruguay hasta el día de hoy.
Bordaberry y Pacheco



El Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T)




José Mujica
La revolución cubana despertó en los grupos movilizados e intelectuales, especialmente de Montevideo, una norme adhesión, que se manifestó en actos multitudinarios, comités barriales de apoyo, etc. En una transformación de la tradicional preocupación nacional por los procesos externos, ciertos grupos internalizaron la ideología de la acción directa y la aplicaron al país.
  
Hubo escaso interés por la postura ideológica, o más aún (se diría) un rechazo intencional al discurso, a las discusiones programáticas.
 
Hubo acción subversiva en el ámbito urbano. Una inicial “violencia cortés”, con inteligente organización de sus golpes, con acentuación de críticas morales mediante la demostración de la existencia de fraudes y operaciones ilegales en los circuitos de poder económico, y con resistencia al poder arbitrario del gobierno aplicando la contracara de sus métodos de encarcelamientos, juicios y coacción, evolucionó necesariamente hacia una violencia sangrienta de “golpe por golpe”, hacia los ajusticiamientos escasos, pero de terrible repercusión en una sociedad con enorme respeto por la vida, y también hacia una crisis de valores entre los mismos adherentes.

Raul Sendic
Los tupamaros eran predominantemente jóvenes, tenían una proporción de mujeres sin precedentes en los partidos, y una primacía de personas provenientes de clases medias, sin desmedro de la presencia menor de sectores populares no encuadrados por el sindicalismo ni por la izquierda partidaria.
 
De acuerdo a calificados militares, los Tupamaros llegaron a constituir en algunos períodos un “poder paralelo. No existe un registro certero sobre el número de miembros que llegó a tener el MLN. La mayor parte de las estimaciones -tanto de fuentes tupamaras como militares y policiales— fluctúan entre 4 mil y 5 mil, incluyendo simpatizantes con cierto grado de compromiso e integrantes de los Comités de Apoyo a los Tupamaro.

En cuanto a la derrota militar del MLN, existen iguales divisiones entre quienes la vieron como producto de una acción salvadora de las Fuerzas Armadas y aquellos que la consideraron el trágico desenlace de atropellos impulsados por Estados Unidos y por traiciones decisivas de algunos de los ex guerrilleros.

Regía la democracia y la vida política poco tenía que ver con la de otros países en los que imperaban dictaduras a las que desafiaban movimientos armados locales. Esto nos permite vislumbrar por qué la apuesta guerrillera uruguaya constituyó un proyecto con escasas oportunidades de éxito, y finalmente derrotada.

La revolución que los Tupamaros querían para el Uruguay era imposible: una sucesión de errores en el análisis sobre la sociedad en la que actuaban, sobre su historia y el papel y peso de varios protagonistas centrales, resultaron decisivos para la caída. A ello se sumaron las marcadas diferencias y contradicciones ideológicas que coexistían dentro del movimiento, producto de su heterogéneo reclutamiento y que se reflejaban en la existencia de objetivos muy diferentes -al menos en el mediano y largo plazo- entre los guerrilleros. Esas contradicciones se hicieron evidentes con el correr de los años.

Así es que el MLN tuvo en su origen y desarrollo y, en particular, en la metodología elegida para actuar -la violencia revolucionaria- el germen de su derrota. Muchas declaraciones públicas de dirigentes del MLN exhiben hoy tajantes contradicciones con las de otros dirigentes y ex guerrilleros, e incluso con los propios documentos de la organización.

Hubo una inadecuada valoración de la distancia que separaba a Uruguay de otras experiencias que se tomaron como referentes, en particular Cuba; errores al analizar tanto las condiciones objetivas como el potencial para crear las condiciones subjetivas para la revolución y la lucha armada, así como la reacción de la ciudadanía, la capacidad de la Policía para combatir la violencia y, en particular, la incorporación de las Fuerzas Armadas a ese combate. Tampoco fue acertado el análisis de la capacidad de respuesta y transformación de los partidos tradicionales y las posibilidades de convocatoria y consolidación de la nueva alianza política de izquierda que nacía en los 70: el Frente Amplio.
Tupamaros liberados: en la extrema izquierda: Mujica, en la extrema derecha, leyendo: Huidobro, entre otros

Esos errores de apreciación resultarían decisivos en el desarrollo de la violencia en un escenario sin condiciones para la revolución, debido a realidades históricas, económicas, sociales y políticas muy diferentes a las de la mayor parte de los países de América Latina. También por la aplicación de una metodología violenta en una sociedad que la rechazaba. El intento del MLN se materializó en un contexto poco propicio para la violencia como principal instrumento político, como este país de tradición democrática y pacífica, que había hecho del voto, en el siglo XX, el arma para dirimir las diferencias. Esa tradición ejercía un gran peso sobre la mayoría de los ciudadanos, aun en las agitadas décadas del 60 y 70, en parte quizás como resultado del sangriento costo que había tenido el surgimiento de los partidos políticos, del sistema democrático e incluso del propio Estado, hasta comienzos del siglo XX.

Así se explica en buena medida el cambio operado en la opinión pública tras algunas simpatías iniciales despertadas por las primeras acciones del MLN, aquéllas de la llamada etapa de “Robin Hood”, cuando la organización actuaba sin exceso de violencia y distribuía el producto de sus operaciones entre los pobres. Era todavía la fase de propaganda armada. La acentuación de la violencia como principal método político despertó resistencias en la población.


Guerrillero



Principales acciones de la guerrilla en Uruguay

* 31 de julio 1963: asalto Tupamaro al Tiro Suizo: acción de la guerrilla urbana para apoderarse de armamento. 
* 12 de septiembre 1964: asalto Tupamaro a una sucursal del Banco de Cobranzas. * Agosto 1965: aparecen los primeros panfletos llamando a la lucha revolucionaria con la firma "Tupamaros".
* 14-22 diciembre 1966: Asalto Tupamaro a un local de FUNSA. 
* 1º de julio 1968: ataque de los Tupamaros a Radio Ariel, cuya planta emisora es volada con una bomba.
* 7 de agosto 1968: primer secuestro de la guerrilla, en la persona de Ulysses Pereyra Reverbell, Presidente de UTE
* 8 de agosto 1968: En el allanamiento de varias facultades y de la Escuela Superior de Bellas Artes. Se encuentran numerosasarmas y artefactos explosivos.
* 29 de noviembre 1968: los Tupamaros asaltan el Hotel Casino Carrasco y se apropian de varios millones de pesos
 * 16 de febrero de 1969: asalto del MLN-Tupamaros a la Financiera Monty donde se alzan con importante cantidad de títulos valores y dinero
 * 18 de febrero 1969: Asalto al Casino San Rafael de Punta del Este, donde roban un botín de 70 millones de pesos.
* 15 de mayo 1969: el MLN interrumpe la emisión deportiva de Radio Sarandí, donde el legendarioCarlos Solé relataba un partido entre Nacional y Estudiantes de la Plata, y emite un comunicado.
* 20 de junio 1969: El MLN-Tupamaros incendia las oficinas de la General Motors.
* Septiembre 1969: es secuestrado por el MLN el banquero Gaetano Pellegrini Giampietro, liberado 72 días más tarde pagando un rescate.
* 8 de octubre 1969: toma de Pando por el MLN-Tupamaros.
* 8 de marzo 1970: Trece tupamaras presas se escapan mientras asistían a misa. 
* 5 de abril 1970: El MLN asalta las oficinas de la empresa Mahilos, apropiándose de mucho dinero y de lingotes de oro.
 * 30 de Mayo 1970: asalto del MLN al Centro de Instrucción de la Armada, llevándose un cuantioso botín en armas.
 * 4 de julio 1970. El MLN Tupamaros mata al agente Armando Leses, que custodiaba la casa de un jerarca policial.
 * 28 de julio 1970: Es secuestrado por el MLN el Juez Daniel Pereira Manelli, liberado poco después. Ver Carcel Del Pueblo
* 31 de julio 1970: El MLN secuestra al diplomático brasileño Aloysio Dias Gomide y al funcionario de la embajada norteamericana Dan Anthony Mitrione.
* 7 de agosto 1970: EI MLN secuestra a Claude Fly, funcionario norteamericano contratado por el Ministerio de Ganadería y Agricultura.

Atentado con bombas
* 9 de agosto 1970: aparece el cuerpo de Dan A. Mitrione ejecutado por el MLN.
* 29 de Setiembre 1970: atentado con bombas contra el Bowling de Carrasco.
Click en la foto para agrandar
* 8 de enero de 1971: es secuestrado por el MLN el Embajador británico Geoffrey Jackson.
* 21 de febrero 1971: es liberado el Cónsul brasileño Dias Gomide, a cambio de un rescate.
* 30 de marzo 1971: segundo secuestro de Ulysses Pereira Reverbel por el MLN. Ver Carcel Del Pueblo
 * 14 de mayo 1971: secuestrado Carlos Frick Davie, ex ministro de Ganadería y Agricultura.
 * 12 de Julio 1971: es secuestrado el empresario Jorge Berenbau, director de la empresa textil Hytesa; es liberado el 26 de noviembre, después de pagar un rescate.
 * 28 de julio 1971: 38 presas tupamaras se escapan de la Cárcel de Mujeres.
* 5 de septiembre 1971: se fugan de la cárcel de Punta Carretas 106 tupamaros y 6 presos comunes. * 21 de diciembre de 1971: con una sobredosis de pentotal los tupamaros asesinan al peón rural Pascasio Báez Mena, quien descubrió por pura casualidad una guarida - tatucera -, que estaba ubicada en la estancia Espartacus, en Ruta 9 a unos 10 Km. de la ciudad de Pan de Azúcar.
Extraído de:

RAMA, Germán. La democracia en Uruguay

LESSA, Alfonso.La revolución imposible. Los tupamaros y el fracaso de la vía armada en el 
Uruguay del siglo XX.



La Dictadura (1973-1985)



El golpe de Estado (1973)

1ra etapa: Febrero

En febrero de 1973 los militares reaccionaron contra el nombramiento del Gral. Antonio Francese para el cargo de Ministro de Defensa Nacional..

La Armada, fiel al Presidente, ocupó la Ciudad Vieja, bloqueándola. Las otras dos fuerzas se insubordinaron; el golpe parecía inminente.

La crisis entre el Poder Ejecutivo y los militares fue resuelta finalmente con la claudicación de Bordaberry, carente de todo apoyo político, ante las FF.AA. y la firma del “Pacto de Boiso Lanza” por el cual se encomendaba a las Fuerzas Armadas “la misión de brindar seguridad al desarrollo nacional”, y se establecieron las formas de participación de las mismas en la actividad político-administrativa (12 de febrero). Producto de este acuerdo, se creó el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), organismo que quedó integrado por el Presidente de la República, los Ministros de Defensa, Interior, Relaciones Exteriores, Economía, el Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, los Comandantes en Jefe de las tres Armas y el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Conjuntas (Gral. Gregorio Alvarez). Con ello se completaba el deslizamiento hacia la implantación de un régimen militar, donde formalmente gobernaban los civiles pero en los hechos el centro de poder se había trasladado a la órbita de las Fuerzas Armadas.
La Armada bloque la Ciudad Vieja

2da etapa: Junio
A fines de abril el Presidente envió al Senado la solicitud de un juez militar de desafuero del senador
frenteamplista Enrique Erro, acusado de mantener contactos con los tupamaros. En vista de que el Senado se mostró firme en su negativa a votar el desafuero, se planteó en la otra Cámara el juicio político a Erro. En junio, el clima político se hizo irrespirable, culminó con el rechazo de juicio político a Erro por la Cámara de Representantes (49 votos contra 48). El 27 de junio el Poder Ejecutivo decretó la disolución de las Cámaras y su sustitución por un Consejo de Estado. Se disolvieron también las Juntas Departamentales, se estableció la censura de prensa y se limitó el derecho de reunión. La dictadura militar comenzaba su marcha.

Las FF.AA. ingresan al Palacio Legislativo



 La periodización de la dictadura

 
Existe una periodización histórica bastante extendida y aceptada, que fue establecida por Luis Eduardo González, y luego popularizada por Gerardo Caetano y José Rilla en su “Breve historia de la dictadura”.

La misma establece tres etapas:

1) La etapa de la dictadura “comisarial”, entre 1973 y 1976;
2) la etapa del “ensayo fundacional”, entre 1976 y 1980 y
3) la etapa de la dictadura “transaccional”, entre 1980 y 1985.

Los contenidos más relevantes dentro de cada una de las etapas serían los siguientes:

1) La etapa comisarial retoma el nombre de una clasificación de Karl Schmitt para enfatizar la tarea de “poner la casa en orden”, es decir, cumplir las funciones primarias de asegurar el orden público, ya no sólo orientando la represión contra los tupamaros y demás organizaciones de izquierda que reivindicaban la lucha armada sino contra el movimiento sindical y estudiantil, las organizaciones de la izquierda legal, la libertad de prensa y contra algunos sectores y líderes de los partidos tradicionales, especialmente, el sector de “Por la Patria” y su líder emblemático, Wilson Ferreira Aldunate.
Pero también lo clasificación de comisarial quiere significar el carácter transitorio con que, aparentemente, fue pensada la decisión del golpe de Estado y la instauración de una dictadura en el país en esta etapa inicial. Ante la situación “excepcional” de caos social sesentista una salida política transitoria o de “emergencia” que restableciera el orden y se extendiera, por lo menos, hasta las elecciones a realizarse en 1976. Pero esto cambiará drásticamente a partir de 1975.

Represión militar

2) La segunda etapa, el ensayo fundacional, se inicia luego de la crisis política y la destitución por los militares del dictador Juan María Bordaberry, el 12 de junio de 1976 y la suspensión de las elecciones previstas para noviembre de ese año. Luego del breve interinato del Dr. Alberto Demichelli, con la unción como dictador de Aparicio Méndez, un ex dirigente del Partido Nacional, a través de la aprobación de los Actos Institucionales (desde junio de 1976) y tras los primeros esbozos en público del “plan político” de las Fuerzas Armadas, puede decirse que los objetivos del régimen comienzan a pasar por la construcción de un nuevo y duradero orden político, como dice Luis Eduardo González, algo similar a una “democradura”, en términos de Philippe Schmitter o, si se prefiere, una “democracia tutelada”.
Hagamos dos aclaraciones importantes antes de continuar: a) se ha intentado caracterizar a las dictaduras de la región a partir del corte entre “conservadoras” y “fundacionales”, atendiendo a si las mismas cumplieron la función meramente represiva de conservar el statu quo o si, además, impulsaron reformas modernizadoras, aperturistas y liberalizadoras de la economía, del Estado, las relaciones laborales y la legislación social. En el caso de Uruguay, se habla más de “ensayo fundacional” que de dictadura “fundacional”, queriendo enfatizar que la misma tuvo más un carácter represivo-conservador que innovador-modernizador, mientras que en Chile, por ejemplo, se habla más de dictadura fundacional; b) El segundo hecho a señalar es que, si bien esta etapa que va entre 1975 y 1980 contempla objetivos fundacionales, la dictadura igualmente incrementó en el período su función represivo-comisarial, dado que entre fines de 1975 y 1978, como veremos, se concentraron los mayores crímenes del terrorismo de Estado.

Allanamientos y detenciones

3) La etapa transicional que va de noviembre de 1980 a marzo de 1985. En ella, la dictadura buscó el apoyo de la ciudadanía para legitimar el régimen a través de plebiscitar su constitución. Su derrota en el plebiscito de noviembre de 1980, así como el reconocimiento de dicha derrota por los militares, abrió la tercera etapa. Esta etapa transicional, en líneas generales, fue una liberalización pactada del régimen en la que los partidos políticos y la sociedad civil retomaron un rol protagónico y, con marchas y contramarchas en las negociaciones entre políticos y militares, finalmente, se llegó a una apertura democrática, a elecciones con proscripciones, en noviembre de 1984.

Julio María Sanguinetti, primer presidente luego de la Dictadura



Extraído de:

 NAHUM, Benjamín y otros. El fin de Uruguay liberal.
CAETANO, Gerardo y RILLA, José. Breve historia de la dictadura.
      

Violaciones a los Derechos Humanos

Métodos de tortura empleados durante la dictadura militar y en los años anteriores:

La “parrilla”: esta era la forma más habitual de tortura. Consistía en un catre de metal sobre el que
se amarraba desnudo al detenido para proceder a aplicarle descargas de corriente eléctrica sobre distintas partes del cuerpo, especialmente aquellas más sensibles como labios o genitales y aun sobre heridas o prótesis metálicas. Una modalidad particularmente cruel de este método consistía en la utilización de un camarote metálico de dos pisos; como modo de presión y debilitamiento psicológico, se colocaba al interrogado en la cama inferior y en la superior se torturaba a un familiar o un amigo.
“Colgamientos”: la víctima era colgada de una barra ya sea por las muñecas o por muñecas y rodillas. En ambos casos, al dolor producido por el peso del cuerpo colgado por largo tiempo se sumaba la aplicación de corriente eléctrica, golpes, heridas cortantes y vejámenes.
“Submarino húmedo”: hundimiento de la cabeza en un recipiente con agua, generalmente sucia o con otro tipo de líquido; la cabeza era mantenida sumergida hasta un punto cercano a la asfixia. Similar efecto se conseguía mediante el llamado “submarino seco”, que consistía en la colocación de una bolsa plástica en la cabeza de la persona impidiendo la entrada del aire, también hasta un punto cercano a la asfixia.
A los métodos de tortura descritos, se sumaban otras prácticas habituales de tortura y malos tratos: golpes de todo tipo, algunos tan violentos que lograban provocar graves lesiones físicas, o golpes imprevistos dados a una persona con la vista vendada. Las violaciones y vejaciones a mujeres y hombres delante de sus esposos, padres y compañeros era una forma habitual de tortura, ejerciendo incluso la tortura y la violación con perros amaestrados.